sábado, 31 de agosto de 2013

Una historia de guerra...

... y pocas de paz.

En las clases de historia nos muestran fragmentos de libros y de textos para comprender mejor el temario.
La mayoría de esos fragmentos fueron el anuncio de sanguinarias guerras, textos sacados de libros o discursos a principios del siglo XX, causantes de decenas de millones de muertos, o tratados anteriores en los que se decidía a qué país pertenecía cada persona sin tener en cuenta su determinación, que mas tarde también desembocaría en guerras y muertes.
Ejemplos hay muchos y confirman lo que dije ayer: las palabras son un arma, el arma más letal del mundo.
Sin embargo, un arma puede usarse de herramienta.
Podemos usar un hacha para talar un árbol, un rifle para cazar un ciervo y comer, una bayoneta como cuchillo en la cocina y las bombas para la creación de carreteras y túneles.
La independencia de la India de Gran Bretaña, la conquista de los derechos civiles de los negros en Sudamérica o la lucha por la igualdad de razas en EEUU son los ejemplos que me vienen a la mente.

Pienso en todo el mal que hacen las palabras y en el poco bien que hacen en comparación, y pienso si no nos iría mejor a todos si no tuviésemos lengua.

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