jueves, 5 de septiembre de 2013

Crónica de un año.

Me paro a pensar y reflexiono sobre mi historia reciente.
A inicios del verano del año pasado yo aún no lo sabía, pero sería cuando empezaría a vivir.
Mi existencia era bastante pobre, pasaba sin pena ni gloria, nada destacable, y como si de una broma se tratase, fue como si la vida tuviese prisa por recuperar el tiempo perdido.
Desde luego no todo fue bueno, aunque tampoco todo fue malo.
Me enamoré, me equivoqué, hice amistades y perdí otras tantas, conocí a gente que pasaría más tarde sin pena ni gloria por mi vida y a otras pocas personas que marcarían un antes y un después en ella.
Fue un gran verano, pero lo mejor fue que se acabara.
Un otoño melancólico y triste para finalizarlo, apoyo en los hombros de mis amigos, y como quien no quiere la cosa la historia se repitió: me volví a enamorar.
No fue como en las películas, no fue un flechazo ni algo premeditado, simplemente pasó, una coincidencia, como para compensar la pasada estación.
Supongo que, por eso, ahora soy feliz.

Un año triste en estudios, abundante en vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario